Las crónicas de un vago que se puso a correr: "Triunfo" inesperado: Media Maratón de Viana do Castelo (Portugal)

Este fin de semana he retomado la competición, siguiendo mi plan de entreno para la maratón, en la cercana localidad portuguesa de Viana do Castelo. Allí se celebró la XIV Media Maratón Manuela Machado que ya es toda una clásica y a la que anualmente se acercan centenares de gallegos (aproximadamente un 25% de los participantes eran gallegos). Había oído hablar maravillas de esta media y no podía dejar de comprobarlo in situ. Así pues había programado la asistencia a esta prueba sin más pretensiones ni expectativas que las de hacer un entreno de calidad, sin ninguna presión, en vez de una tirada larga de 26 km (que me tocan para la semana). A priori calculaba que hacer un ritmo de 5'15'' ya estaría muy bien

El domingo, tras madrugar un poco y desayunar, me dirigí hacia Viana en compañía de unos amigos, aunque yo sería el único en correr. Sin embargo, un pequeño imprevisto nos hizo regresar a Vigo poco después de salir, por lo que acumulamos un retraso importante para llegar a Viana. Al final llegué justo a tiempo para recoger el dorsal y, casi sin calentar, ponerme en la salida junto a los casi 2000 atletas (más otros tantos que participaban en la "caminhada" paralela de 4 km). Y así, con ese estrés, comenzó mi tercera media maratón, primera carrera en el "extranjero" y primera carrera del 2012.

Justo en el medio, en plena salida de la prueba.
Foto de Paulo Matos proporcionada por la organización.

El primer kilómetro, con un atasco importante por la estrechez de la salida, fue mucho más rápido de lo esperado, en 5'20" y casi sin darme cuenta. Enseguida entramos por una autovía que deshizo el atasco y me permitió moverme a un ritmo más natural que, sorprendentemente, me llevó a pasar el km 4 por debajo de los 20 minutos. En esos momentos, cuando dejamos la carretera ancha y pasamos a un carril de una carretera por la que volveríamos en el retorno, me acoplé a un grupito de 7-8 corredores que llevaban un ritmo cómodo. Con ellos seguí hasta el km 10 (47'50"), cuando en el retorno algunos hicieron un cambio de ritmo y les dejé ir. La gente de las parroquias aledañas a Viana llenaba el recorrido animando a todos y creando un ambiente espectacular. El terreno ondulado, aunque con rampas cortas y suaves, hacía que yo hiciese varios cambios de ritmo, pero iba espectacularmente bien.

El único momento de debilidad llegó en torno al km. 13 en que tuve que relajar un poco el ritmo y dejar ir al que era, en ese momento, mi compañero de fatigas desde un rato antes. Pero el "agobio" me duro un minuto y enseguida retomé mi ritmo de crucero. Pasé el km 15 en 1:11 cuando volvíamos a entrar en Viana do Castelo. Unos cuantos toboganes más y el km 17 comprobé que estaba haciendo un carrerón (1:20:32) y que tenía opciones de bajar de 1:40 (aquella meta que se me escapó en Pontevedra por unos segundos) y de hacer MMP. Así pues afronté los últimos 4100 metros con ganas, y eso que eran los peores, con alguna rampa más pronunciada y unos tramos de adoquinado, tan típico en Portugal. Pero el paso por el km 20, en 1:34:50 me dió la confianza necesaria para afrontar el último kilómetro con la completa seguridad de que bajaría de 1:40, como así fue. Al final un tiempo neto de 1:39:44 (a 4'44" el kilómetro) que supone mi mejor marca personal en la distancia, a pesar de que no era eso lo que buscaba. Puesto 930 de 1783 llegados (clasificaciones) con un tiempo oficial de 1:41:00.

Entrando en meta por debajo de 1:40 (netos). Foto cortesía de Lucía García.

Lo mejor han sido las sensaciones durante y después de la carrera. Sin molestias en la rodilla (que me llevaba dando guerra algunas semanas) y sin sensación de cansancio. Parecía mentira que acabase de hacer mi MM más rápida. La verdad es que así da gusto, una carrera muy bien organizada, en un ambiente excepcional, una climatología perfecta (soleado y unos 16º en enero) y unas sensaciones increíbles. Y para colmo la organización nos obsequió con una botella de vino. Luego la jornada acabó con mis amigos disfrutando de un maravilloso arroz de sarrabulho, un delicioso plato local y un gran punto y final a un gran día de running.

Mi valoración (subjetiva) de esta carrera: 9.4